30/06/2009

¿COLOMBIA EXISTE?... Qué cree usted….

Cuatro autores, cuatro obras como un iceberg, en medio de aguas contaminadas y nauseabundas.

















Yolanda Izquierdo
Beatriz González

Nunca llegué a pensar que la cultura, como expresión de Vida, de Poderío – Schopenhauer- fuese tan necesaria para un país, como en este momento en Colombia. Podemos decir que hay varias culturas en América Latina y en Colombia. La cultura como expresión de trabajo, de lucha y de sueños de los pueblos y la cultura como sistema de explotación mercantil y de ganancias. La primera viene de abajo, brota de la tierra que da los frutos, y de los cuerpos que sudan, aman, luchan y por ello es espontánea y sobretodo Vital. La cultura como expresión de vida es fortaleza y poderío en el sentido nietzscheano. Es una cultura heterogénea, diversa y aun impredecible. La segunda se fabrica desde arriba, bajo las ideologías de los poderes dominantes, centradas y centrípetas a la vez que homogénea-Todo va a un centro de poder y todo se centraliza allí. Es una cultura que al ser homogenizada y abstracta se la maneja por los modernos medios de comunicación y las industrias de la Cultura, -que en realidad son las verdaderas contraculturas-y se las utiliza para darle a un pueblo una imagen distorsionada de sí mismo. Imagen que inclusive lleva a hacerle perder su identidad heterogénea y vital para convertirla bien sea en instrumento de dominación, de adormecimiento o en caso contrario en elemento de guerra, para desatar pasiones que van aún en contra de la vida misma. Nunca antes había visto a un pueblo y una nación tan polarizados en sus pasiones y sentimientos, donde la ideología del Poder dominante no razona y al contrario intenta matar y asfixiar la verdadera cultura. Peor aún, es vergonzante como un pueblo pobre y con tendencias a la miserabilización, defiende y lame las manos de sus torturadores y asesinos.

Nunca antes había sentido, como muchísimos colombianos, una desazón extraordinaria donde pensar, analizar y crear se ha vuelto peligroso y al contrario, los poderes dominantes, por medio del manejo de los Medios (TV, Prensa, radio, revistas oficiales, discursos, publicidad, etc.) incitan a no pensar, a tragar entero y a aceptar las más grandes felonías y violaciones de los más elementales derechos humanos, como el derecho a la vida, el derecho a pensar por sí mismo, al derecho a la intimidad, a poder desplazarse sin miedo y temores…Cosas que en cualquier país civilizado llamaría a la más grande preocupación o escándalo.

Sin embargo, entre más grande es la asfixia y la represión cultural, mas se crece lo que se me ocurre llamar la resistencia cultural a esta situación. Aparecen aquí y allá en forma valiente y natural estos “espíritus libres” que llamaría Nietzsche, quiénes nos dan oxígeno y nos muestran la luz en la oscuridad. No es una resistencia programada, digamos política sino es la expresión de seres pensantes, sensibles y creadores, que en este panorama se vuelven guías, faros y luces que alumbran las noches oscuras


Laura Restrepo
Evelio Rosero














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